martes, 5 de mayo de 2009

Sobre el valor del trabajo

EL POLLITO HARAGÁN
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Había una vez una gallina y un gallo que tenían un pollito muy haragán. Una mañana, después que el gallo le cantó al sol, la gallina se puso a escarbar a la sombra de un árbol. Al ver al pollito descansando, la gallina le preguntó: ¿tú no escarbas, pollito?
- No tengo ganas. Estoy muy cómodo al sol - contestó el pollito.
- Aquí hay un ciempiés - gritó la gallina- ¡Qué gordito está!
- Tengo hambre, mamá - dijo el pollito - Dame la mitad.
-Flojera y ayuno juntitos irán; que para comer hay que trabajar. - Dijo la gallina, mientras al ciempiés se comió sin sal.
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